Como viene siendo habitual cuando termina el año toca resumen anal.
Hace ya un par de años que no me propongo objetivos concretos para el nuevo año. Antes sí que lo hacía y sinceramente, era un agobio. Para mí, ahora es mejor plantearme objetivos a medio-largo plazo y simplemente revisar cómo va cada año.
Bien, los dos últimos años me he planteado “hacer menos cosas pero mejor” y “hacer pequeñas cosas para conseguir un objetivo mayor“. Algo tan poco concreto como para encontrar muchos motivos para haberlo cumplido y estar contento. Por partes.
Viajes
Este año he viajado bastante, cada pocos meses hemos hecho una escapada en familia: en año nuevo a Banyoles, en Pascua a Jalón, en verano a Asturias y Valencia y terminamos el año en Salamanca y ahora Oporto desde donde escribo estas líneas.
Por trabajo he hecho un par de viajes a París (ya no me acuerdo si han sido 2 o 3 viajes…), a Burdeos, Sevilla, Villarrobledo y un viaje fallido a Washington. Con los billetes en la mano, alguien decidió que no era buena idea que fuera. Otra vez será.
Viajar mola. Cada vez que viajo al extranjero más me gusta España. Así de claro. Visitar diferentes sitios de España también me sirve para saber dónde me gustaría acabar y este año he tenido una revelación: a largo plazo lo que quiero es esto.
Trabajo
En lo laboral, un año para no recordar. Sin desmerecer a nadie, la gente con la que más he aprendido los últimos años ya no están. Aún así, valoro el haber aprendido muchísimas cosas nuevas del resto de compañeros y proyectos, algo que no es fácil tras 8 años en la misma empresa.
Este año me he convertido en el increíble hombre orquesta: 19 proyectos en 12 meses. Con ganas de centrarme (como he dicho al principio) en “menos cosas pero mejor“. Aunque lo pienso ahora y el hecho de sentirse cómodo en un entorno de trabajo tan cambiante es todo un logro.
Tiempo libre
Desde que cambié de casa tengo mucho más tiempo libre y he aprendido a disfrutarlo. Hace unos años, cuando tenía tiempo libre no sabía qué hacer y lo único que quería era volver a trabajar. Era la única manera en la que me sentía productivo.
Ahora es muy diferente, tengo mil cosas que me apasionan a parte de desarrollar aplicaciones. A medio-largo plazo veo dos opciones: encontrar la manera de hacer la transición y dedicarme a mis aficiones exclusivamente o encontrar el trabajo que me motive al 100%. Las dos cosas las veo factibles.
Durante este año, cada viernes he dedicado una hora a clases particulares de conversación en inglés. Ha sido una experiencia nueva que vale mucho la pena y me abre nuevas oportunidades.
Y para terminar (ya lo he contado varias veces), he vuelto a la Universidad. Este será uno de los objetivos gordos para el año que viene: terminar el máster.
De cara al año que viene, en lo laboral espero cambios o al menos voy a hacer lo posible porque eso ocurra. En lo personal, seguir estudiando y pasando tiempo con mi familia. No necesito mucho más :).
Y como no, disfrutar de mi hora semanal delante de la pantalla escribiendo en este blog.