Vivir en el centro de Valencia, “the bad parts”. Hace ahora un año escribí sobre mi experiencia viviendo en el centro de Valencia y desde entonces se ha convertido en una de las entradas más populares del blog.
Tanto que hay personas (demasiadas para mi gusto) que me preguntan y piden consejo sobre qué zona vivir. Sinceramente, no voy a contestar a nadie.
Elegir un sitio donde vivir es algo demasiado personal y hace un año sólo conté “mi experiencia“. Lo que me gusta a mí y mi situación personal, no le tiene porqué gustar o valer a nadie más.
Vivir en el centro de Valencia me encanta, pero hasta ahora sólo he contado lo bueno y lo que a mí me gusta. Eso no quiere decir que haya muchos inconvenientes.

Vivir en el centro de Valencia es caro
En los últimos años, el centro de Valencia está viviendo (como muchas otras ciudades turísticas) un proceso de gentrificación que unido a la imposibilidad de comprar una vivienda, se traduce en un incremento del precio de los alquileres.
Para “mejorar” la situación, se van a aprobar nuevas medidas a modo de “renta básica de alquiler“, lo que generalmente se traduce en un incremento todavía mayor del precio de los alquileres.
Y aunque Valencia no es una ciudad de las más caras para vivir de alquiler, sí lo es en el centro, donde el precio por metro cuadrado, ronda los 10€ mensuales.
Es decir, un piso de 80/90 metros en un estado normal tirando a regular, está por unos 900€ sin parking. Sólo tenéis que abrir cualquier web de alquileres y buscar.
Para los que me preguntáis, sobre qué zona vivir en el centro de Valencia, lo primero que se me viene a la cabeza es: “en la que os podáis permitir“. En mi caso, cuando termine el contrato actual de alquiler sé que me tendré que ir fuera de Valencia donde los alquileres sean más asequibles. Me iré, no porque quiera.
El efecto cueva
Otro inconveniente de vivir en el centro es que los pisos son muy poco luminosos debido a que por lo general las calles son estrechas y en muchas ocasiones son pisos antiguos que no están bien aislados, con lo que no retienen nada de calor.
Resumen: efecto cueva.
Es por eso, que puestos a elegir buscad pisos altos y con buena orientación para que les dé el sol.
Por otra parte, las calles tan estrechas producen un efecto bóveda que hace que el sonido se amplifique y moleste mucho más.
La relación con los vecinos
Un efecto colateral de que las calles sean estrechas es la relación con los vecinos. Los vecinos de los edificios de en frente me refiero. Si te toca gente con educación nula (como a mí) pues te los comes con patatas.
Hasta ahora he tenido:
- Una mujer que no hablaba español y que se pasaba la noche gritándole al marido y la hija que iba desnuda por la casa
- Unos vecinos que ponían el aire acondicionado 24/7 que hacía más ruido que un motor de un reactor (se llevaron su correspondiente denuncia que por cierto no sirvió de nada, ya contaré otro día)
- Otro vecino que se ponía a cantar con la guitarra cuando le salía de los huevos
- Un restaurante abajo que aunque no molesta demasiado, cuando cierran a las 12 o a la 1 de la noche, los camareros se ponen a gritar en la calle
Campanas y campanarios
Para terminar de rubricar la jugada, están las campanas.
Hace unos meses, se denunció a la iglesia de San Nicolás por contaminación acústica. La denuncia no era porque hicieran sonar las campanas, sino porque superaban los decibelios permitidos.
El problema no son los decibelios, son las campanas en sí, los horarios en las que tocan y los curas con síndrome de DJ.
Yo os recomiendo que vayáis cualquier día del año a la plaza de la virgen a las 9 de la mañana y os quedéis hasta las 11 y me digáis que tal dormiríais con el “suave” tintineo de las campanas.
No voy a hablar de turistas y gente que sale por la noche, porque vivo en una calle tranquila y no tengo que sufrirlos. De todas formas, ya comenté el año pasado que yo duermo con tapones de silicona, sino sería imposible.
¿Tienes coche? ¿Eres vecino? Te jodes
Para terminar, respecto al coche, ya comenté que lo ideal es prescindir de él. De hecho yo apenas lo uso y me parece perfecto que se esté peatonalizando el centro. Ojalá se corte el tráfico completamente.
El precio de un aparcamiento en el centro de Valencia ronda los 100€ mensuales. Otro tema aparte, del que me he quejado en el ayuntamiento y se han pasado mi “sugerencia” por el ojete, es el corte de calles cuando hay algún evento. Eventos del estilo: manifestaciones, sacar a la virgen a pasear o cualquier otra cosa que está planificada y se sabe con antelación.
No es raro volver a casa en coche después de haber estado fuera todo el día y encontrarte que no puedes entrar a tu casa porque han cerrado el centro y no habían avisado con antelación. O querer salir con el coche y encontrarte una manifestación de la que nadie había avisado. De estas he tenido varias cada pocos meses, la última vez al volver después de un viaje de 8 horas.
¿Solución lógica? En vez de tener a la policia local todo el día mirando el móvil, enviándose mensajes por Whatsap y actualizando el Facebook, que pusieran señales avisando del corte del tráfico.
¿Solución real? Te jodes, te encuentras todo el mogollón, te vas a tomar por culo con el coche y te esperas a que acaben de adorar a la virgen las horas que haga falta para poder entrar en tu casa.
Ni tan bueno ni tan malo
Con esto, lo que pretendo es dar otra visión de lo que es vivir en el centro de Valencia. Porque cuando alguien sólo te cuenta la parte buena de las cosas es porque te está intentando vender algo y no era mi caso.
Por supuesto que me gustaría que vivir en el centro de Valencia se normalizara, que hubiera gente joven, local y que el acceso a la vivienda fuera “asequible”. Pero los tiros no parece que vayan por ahí.