YouTube está roto. YouTube es la tercera página en Internet más visitada. Cualquiera diría que es un negocio redondo para Google, pero basta darse una vuelta por YouTube para ver vídeos de una horda de “creadores de contenido” diciendo literalmente que YouTube está roto.

Para ellos, que YouTube esté roto consiste en haber dejado de cobrar los 50 céntimos de € por cada mil visitas a los que estaban acostumbrados.

El “progreso” en su máximo esplendor: dar por hecho y seguro lo que tienes hoy y esperar cada vez más. Esto lo hacemos todos, no es exclusivo de ser youtuber.

¿Desde cuándo YouTube es rentable?

Para empezar basta con hacer una simple búsqueda en Google: Youtube pierde dinero

Si quitamos el punto de amarillismo y que las malas noticias venden más que las buenas, nos quedamos con que:

  1. YouTube durante mucho tiempo ha sido una inversión para Google
  2. Los costes de infraestructura de la tercera página de Internet con una carga alta de usuarios y contenido deben ser “altos”

Una cosa está clara: Si YouTube es rentable o no, lo saben Google y sus inversores. Pero no, sus anunciantes, usuarios y “creadores de contenido“.

El porqué de los cambios en YouTube

El porqué de los cambios en YouTube se llama Facebook.

Durante años Google ha sabido explotar su modelo de negocio multi-canal, en el que ofrece un servicio que pone en contacto a compradores (usuarios) y vendedores (anunciantes). Y lo han hecho a golpe de ofrecer tecnología (su buscador), comprar empresas (Android, YouTube, Motorola…), cientos de patentes, etc.

El modelo de negocio de Google es el mismo que el de Facebook: la identificación unívoca de cada sesión de sus usuarios para ponerles en contacto con anunciantes.

En el caso de Google, entendiendo como sesión cada acceso a su buscador, YouTube o cualquier de sus mil plataformas, trazando todo su historial de navegación y datos personales para segmentar adecuadamente anuncios y que en definitiva, los clientes (anunciantes) paguen por el mejor servicio de anuncios en Internet.

Hasta que llega Facebook y consigue que sus usuarios les den su nombre, edad, ubicación, lo que les gusta, a qué eventos van a ir, datos sobre sus familiares, amigos, hijos, planes presentes, futuros y pasados, etc. Y cierra e círculo comprando la mayor red social de fotos y la mayor aplicación de mensajería instantánea.

El cielo de la segmentación de anuncios.

Como prueba un botón, crea una página de Facebook o una cuenta business en Instagram y prueba a publicar un anuncio. Tú mismo puedes segmentar tus anuncios, elegir ubicación, edad, gustos y un largo etcétera de tu potencial público. Y funciona.

Google ofrece Adwords: palabras clave y poco más. El poco más es un entramado muy complejo que incluye:

  • Crear un navegador web.
  • Crear el mejor servicio de correo electrónico para conseguir identificar unívocamente sesiones en su navegador web.
  • Comprar una industria móvil asociada a su correo electrónico, para tener teléfono y ubicación de sus usuarios
  • Comprar YouTube para conocer los gustos de sus usuarios.
  • Activar la autenticación en dos pasos y preguntar constantemente por números de teléfono en sus servicios

Y mil historias más… que funcionar funcionan, aunque por lo visto no tan bien y por supuesto tienen un coste alto.

Hacia la identificación unívoca de usuarios

Uno de los intentos de Google por identificar usuarios fue Google Plus. Google Plus no es más que el anuncio de Google de que no puede segmentar bien los anuncios de sus usuarios, porque no sabe quiénes son sus usuarios.

Dudo mucho en ser el único al que en YouTube le aparecen anuncios de maquillaje. Maquillaje para un hombre de 35 años.

De ahí, el triunfo de la industria de telefonía móvil y el interés en la identificación unívoca a través de huellas dactilares o reconocimiento de caras. Pero eso es otro tema.

No hay que ser muy listo para darse cuenta de la jugada de obligar a los usuarios a crear una cuenta de Google Plus (de hecho se crearon automáticamente) para utilizar YouTube.

Suena a intento desesperado de aprender sobre los usuarios que ven vídeos en YouTube, para mostrarles mejores anuncios y en definitiva que los que mandan (los anunciantes que pagan) estén contentos.

Suena a darse cuenta de que Facebook había dado en el clavo.

La jugada no funcionó y Google Plus se ha convertido en uno de los fracasos sonoros de Google. La red social está ahí, pero nadie la usa como Google querría que se usara.

Me hace gracia porque he oído cientos de veces a Youtubers decir: “Google Plus es una puta mierda“. El anti-corporativismo en estado puro.

YouTube está roto

Nadie sabe si YouTube es un negocio rentable, en realidad, es algo que sólo interesa a sus inversores, lo que está claro es que los números de YouTube son grandes, pero el valor por usuario es bajo en comparación con otros no tan grandes de Internet.

Y en resumen, por lo visto, no tan grandes como para permitirse el lujo de perder a los clientes que ponen el dinero.

YouTube no está roto, sino que el que paga manda.

Al “YouTube está roto” le precedió “YouTube es una gran plataforma porque me da libertad” La libertad que te otorgan unos cuantos dollars en tu cuenta del banco cada mes.

Si yo fuera alguien con capacidad de influir en millones de personas me molestaría en entender cómo funcionan las cosas antes de abrir la boca. Y si tuviera todos mis huevos en la misma cesta, me preocuparía también de hacia dónde sopla el viento.

Mi predicción es que pronto veremos como Facebook es la nueva plataforma “libre” y algunos migrarán de Andorra a Facebook. Pero ojo porque Facebook tiene fecha de caducidad y probablemente se reconvertirá en otra cosa dentro de unos años.

Mientras tanto, Google ya ha dado los pasos y sólo le queda esperar a que los móviles sean el único dispositivo para Internet de la próxima generación. Y esa será la única forma que van a tener de identificación unívoca de sus usuarios y que su modelo de negocio siga funcionando.

Bueno esa, y convertirse en proveedor de Internet al igual que Facebook.